CORRALEJAS
Hay personas que piensan que las fiestas en Corralejas, vinieron directamente de España. Traídas por los colonizadores de ese país.
Entre quienes así piensan tenemos a José Cisneros Arriaga, escritor sucreño, quien dice: “Las Corralejas que en la antigua sabanas de Bolívar, hoy sabanas de Sucre, datan del año 1827, cuando el señor Sebastián Zubiría decide celebrar en uno de sus feudos (ahora municipio de Sincelejo), las primeras corridas de toros a imitación de las de España, las que luego lograron extenderse por el litoral Atlántico”.
César Corena Urzola, en artículo publicado en el Magazín Dominical de El Espectador, comenta al respecto: “Las festividades del 20 de Enero o Dulce Nombre de Jesús realizadas anualmente en Sincelejo tuvieron su origen por iniciativa de un señor Morales, quien celebraba su cumpleaños con bailes y lidia de toros en su hacienda situada en las sabanas de Bolívar, por el año de 1836”.
Por su parte Antonio J. Olier, corresponsal de “El Espectador” en la Costa, a raíz de la tragedia en la Corraleja de Sincelejo, escribió lo siguiente: “Las fiestas de Corralejas de Sincelejo comenzaron por allá en 1820 cuando un sincelejano de origen español -don Chano Romero, organizó la primera fiesta en Corraleja para celebrar su cumpleaños. El primer escenario fue la Plaza de San Francisco, y en ella se celebraron durante 85 años. Pasaron después a la Plaza de Majagual, en el área urbana”.
Ramiro De la Espriella, sostiene que la primera Corraleja que se hizo en Sincelejo fue el 3 de octubre de 1845.
Otros piensan que nuestras fiestas en Corralejas hicieron escala en la capital del país primeramente para luego venir a establecerse a la Costa. Fundamentan su forma de pensar en la gran similitud que encuentran entre las fiestas que se realizaban en el frío altiplano con las que se hacen en la Costa. El prólogo a las mismas fiesta formado por la desazón y el entusiasmo de la gente, el acarreo de la madera y demás materiales para la obra, la forma de construir la Corraleja con sus palcos, el toril donde se guarda la torada y los garios que dan albergue a las cantinas; la instalación de mesas de juegos, la traída de los toros en medio de la algarabía del público, seguido por un ejército de jinetes, el caos que se ve durante la corrida, etc. Toda esta connotación fiestera entre estas dos culturas un tanto distintas o mejor entre estos dos ambientes disímiles, son los fundamentos para que esta gente piense en tales formas.
También dicen que cuando las Corralejas hicieron su aparición en la Costa Atlántica, ya estos eventos taurinos se venían realizando, con bastante anterioridad, en la capital de la República. Los festejos taurinos se hacían en los barrios de la ciudad. “Empezaban en las Nieves -dice José María Cordovés Moure- seguían en Santa Bárbara y terminaban en San Victorino”. Luego, a alguien se le dio por propagarlas a la Costa Norte del país y allí las tenemos hoy.
En lo que tiene que ver con la aparición o mejor la implantación de las fiestas de toros en Corralejas en el Departamento de Córdoba, hay dos versiones discutibles. Una que tiene mucho fundamento y solidez y está defendida por don Mario Martínez, natural de la región del San Jorge, y por el doctor Mario Giraldo Rodríguez, de la ciudad de Montería. Tanto el uno como el otro sostienen que las primeras fiestas en Corralejas del departamento se realizaron en Ayapel.
La otra versión es la que defiende el periodista Jairo Polo Herrera, y es un tanto hipotética. El sostiene que las primeras Corralejas de nuestra región se hicieron en Berástegui.
En charla sostenida con el doctor Mario Giraldo, el ilustre galeno me comentaba que estos espectáculos penetraron por la parte oeste del departamento, es decir, que llegaron por la parte del río Magdalena y se establecieron en la región de Ayapel, de allí se propagaron al resto del departamento y de la Costa. Podía ser la consecuencia de las expediciones de ganado que en esa época se llevaban al interior del país. En frases muy bien logradas, Roger Serpa Espinosa, nos describe estas antiguas actividades ganaderas. Serpa dice: ”Por ese camino, a veces polvoriento, a veces enfangados, transitaron recios caporales y vaqueros enfrentando las penalidades del clima y los peligros de la selva y los ríos torrentosos, transportando reses para la montaña”.
El señor Mario Martínez asegura que, en un principio, las corridas de toros no se hacían en una corraleja como se hacen hoy en día. El escenario era una de las calles del poblado la que se acondicionaba cerrando las bocalles laterales quedando así una especie de camellón. En este lugar se corrían, se garrochaban y se manteaban los toros.
Para referirse a este aspecto taurino en la localidad de Ayapel, Roger Serpa escribe lo siguiente: “Las primeras corridas se hicieron a todo lo largo de la calle San José. Sólo había que tapar las bocalles. Las casas eran de corredores y aleros volados con horcones afuera, que eran aprovechados para la Corraleja. El toril se construía en la plaza, al frente de la iglesia”.
Más adelante Serpa anota: “Pero el pueblo fue creciendo. Y posiblemente en 1918 Gabriel Miranda Espinosa, siendo alcalde dispuso que la Corraleja se hiciera en la plaza de Palo de Mango”.
Este traslado que tuvo la Corralejas de la calle San José a la plaza pública o del Palo de Mango como la llama Roger Serpa, pudo deberse a la búsqueda de mayor comodidad o para complacer las exigencias de una afición cada vez mayor.
Esta forma natal de la Corraleja tiene mucha similitud o se identifica con lo que se viene haciendo, desde épocas inmemorables, en Pamplona (España), para las fiestas de San Fermín.
Los toros que se van a lidiar en la corrida de cada tarde, en vez de estar ya en los chiqueros de la plaza, son llevados a ellos, cada mañana, por un itinerario fijo, por el interior de la población, para ser encerrados enseguida.
Las calles del trayecto se cierran con vallas de madera y carretas, y precedidos por los bueyes o mansos con sus cencerros o esquilones al cuello, los toros se dirigen corriendo hacia la plaza. Los mozos de Pamplona ponen su especial honor en correr delante de los toros bravos a la menor distancia posible de su cornamenta. Es una costumbre que se viene sucediendo desde épocas remotas y fue prevalecido a través del tiempo.
Había dicho que la segunda versión es la que sostiene Jairo Polo Herrera, la que ha expuesto en una entrega de la revista Expectativa. El dice: “Con toda seguridad se puede decir que las Corralejas -las de Córdoba por supuesto- tienen su “ombligo” enterrado en las tierras berastigueras. Allí en esas tierras, en donde existió la hacienda más famosa y productiva del Sinú, se cuenta que se apastaron los primeros toros españoles traídos a la Nueva Granada, por un sacerdote apellido Berástegui. Al cumplir sus 35 años de edad, se le organizó una fiesta donde se repartió mucho ron , pasteles, bollos; hubo música, se lidiaron algunos toros y se bailó por primera vez el fandango aquí en la Costa.
Como se puede ver, en casi todas las versiones que he citado, hay un denominador común en el nacimiento de las corralejas en la Costa; es el festejo de los cumpleaños. También se puede notar que las Corralejas tienen un origen netamente campestre.
Yo sostengo que el proceso de gestación de nuestras Corralejas se empezó a dar cuando en los corrales de los fundos que existían en la región, se presentaban ciertas actividades con el ganado tales como el marquillaje, la castración de los ejemplares machos, la curación de las gusaneras que les nacían en las capaduras y en otras heridas logradas en los montes, o también cuando se trataba de cultivar o amansar el salvajismo de los animales cimarrones.
Allí en esas faenas campestres se malgeniaban los astados, bien porque sus sentimientos ancestrales se reavivaban o por la rebeldía que les provocaba el contacto del candente hierro en las pieles lustrosas y vírgenes. Una vez que los cuadrúpedos quedan libres del dominio de las sogas que les martirizaban la cornamenta y las patas, empezaban a embestir a la peonada atenta quienes, para evitar las cornadas, les hacían quites con los ponchos y las camisas.
Más tarde estas labores cerriles adquirieron cierto entusiasmo tanto en los amos como en la peonada, que eran aguardadas con cierto interés porque el amo hacía cierto brindis a quienes participaban en ellas. Más tarde empezaron a acudir los nativos de los lugares vecinos, bien porque recibían una invitación como simples espectadores o bien para que les prestaran ayuda a los corraleros amigos. Con el tiempo estos quehaceres rurales fueron trasladados a las plazas de los pueblos vecinos ya con carácter de espectáculo público. Los hicieron coincidir con ciertas fechas solemnes con las cuales se festejaban los patronos de los pueblos. Así tenemos que el Seis de Enero, día de los Santos Reyes se celebran fiestas en Corralejas en el municipio de Ciénaga de Oro; el 20 de Enero, el Dulce Nombre de Jesús, se celebraban fiestas en Montería; Dos de Febrero, La Candelaria en Cereté; Ocho de Diciembre, La Concepción en Sahagún; Sábado de Gloria en Cotorra, etc.
Una vez que estos espectáculos salieron del campo para ir a establecerse a los pueblos de la región y quedaron como patrimonios “culturales” de ellos y la civilización los empezó a ensuciar de modernismo; las Corralejas fueron perdiendo ese sabor folclórico que tuvieron en otros tiempos.
En los pueblos españoles se monta una plaza improvisada, cerrando las entradas con carretas apiladas una sobre otra, y se celebran esas capeas irregulares o corridas de plaza pública, en las que corren toros que ya han sido corridos otras veces.
Hombres y muchachos tratan de atraerse al toro utilizando, sacos, blusas o viejas capeas, igual que cuando se le han embolado los cuernos. La única diferencia es que cuando el toro los coge y los lanza por los aires no es posible desengancharlos de sus cuernos sino es con heridas, ante los que todos los cirujanos del pueblo se encuentran desarmados.
Berástegui es un corregimiento del Municipio de Ciénaga de Oro. Tiene una historia un poco interesante puesto que allí existió uno de los ingenios azucareros más importantes del país al igual que una fábrica de licores cuyos propietarios fueron el General Francisco Burgos Rubio y los hermanos Pombo de la ciudad de Cartagena. El licor que producía dicha fábrica era conocido con el nombre de Ron Burguero.
Más tarde estas tierras llenas de cañaverales pasaron a ser propiedad del Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, Presidente de Colombia en esa época.
Aquí les dejo un vídeo sobre las corralejas en san marcos:
FESTIVAL DEL PORRO CANTAO
La teoría de W. Fortich sobre el origen del porro sostiene que nació en la época precolombina, a partir de los grupos gaiteros de origen indígena, luego enriquecido por la rítmica africana. Más tarde evolucionó al ser asimilado por las bandas de viento de carácter militar, que introdujeron los instrumentos de viento europeos (trompeta, clarinete, trombón, bombardino, tuba) que se utilizan en el siglo XXI.
Según Guillermo Valencia Salgado, su principal fuente creativa se encuentra en elementos rítmicos de origen africano, principalmente de antiguas tonadas del pueblo Yoruba, que en el Sinú y el San Jorge dieron lugar al surgimiento del “baile cantado”. El porro también se tocó sólo con tambores, acompañamiento de palmas y cantado, lo mismo que con gaitas y pito atravesado.
La pretensión de darle un lugar único de nacimiento en la Costa Caribe colombiana, no ha logrado siquiera un mínimo consenso. Según el escritor y cineasta Juan Ensuncho Bárcena, el porro es oriundo de San Marcos del Carate, otros dicen que nació en Ciénaga de Oro (Jony Sáenz), Enrique Pérez Arbeláez sostiene que es oriundo del Magdalena; también se dice que nació en el Carmen de Bolívar y de allí migró hacia otras poblaciones de la sabana, hasta llegar al Sinú. También reclaman derechos de paternidad sobre el porro Corozal en Sucre, Momil y San Antero en Córdoba.
Estas hipótesis hacen referencia al porro sabanero o “tapao” ya que del “palitiao” se acepta comúnmente que su nacimiento se dio en San Pelayo, como menciona Orlando Fals Borda:
"Nació en 1902, en la plaza principal del pueblo, detrás de la iglesia y debajo de un palo de totumo".
Orlando Fals Borda
En cuanto al origen de la voz porro se conocen dos hipótesis principales: la de que proviene del porro, manduco o percutor con que se golpea al tambor o bombo y su acción o porrazo (Valencia Salgado) y la que sostiene que es derivada de un tamborcito llamado porro o porrito con que este se ejecutaba (Aquiles Escalante).El porro, en su variante orquestada, alcanzó una amplia difusión nacional e internacional en las décadas de 1940 a 1970 gracias a agrupaciones como Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Juan Piña, Billos Caracas Boys, La Sonora Cordobesa, Pedro Laza y sus Pelayeros (que no eran de San Pelayo) entre otras. En esa época el porro entró a las salas de baile de los clubes de Colombia y de varios países latinoamericanos.
En la década de 1990, el porro perdió la popularidad nacional que había adquirido y su influencia actual está circunscrita a zonas geográficas, círculos de aficionados y cultores en diferentes partes de Colombia y el mundo.
Prevalecen los dos tipos de agrupaciones que lo interpretan (bandas y orquestas). La mayoría de las bandas se localizan en la Costa Caribe, aunque también existen bandas de otras zonas de Colombia e inclusive de otros países.
Desde 1996, por épocas de Semana Santa, tiene lugar en el municipio de San Marcos del Carate el Festival Nacional del Porro Cantao Inédito con Banda, que es heredero de los "bailes cantaos" y mantiene viva la tradición de cantar este rico ritmo colombiano . En el participan las bandas tradicionales, los cantantes y compositores más destacados de la región caribe de Colombia.
Aqui les dejo un vídeo sobre el festival del porro cantao en san marcos:
http://www.youtube.com/watch?v=krvffHTkTGI
FESTIVAL DEL VALLENATO
Fue creado en el año 1987y se lleva a cabo anualmente en el mes de diciembre en San Marcos, y es preámbulo del Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar.
Se realiza en el municipio colombiano de El Paso, en el departamento del Cesar y es organizado por la Fundación Festival “Pedazo de Acordeón”. Como evento perteneciente al Nodo Vallenato de la Red Nacional de Festivales de Músicas Tradicionales Colombianas difunde las músicas del Caribe oriental del país.
El Festival fue creado por el maestro acordeonero y compositor Cesar Serna Mieles en homenaje al mítico juglar Alejandro Durán y a su tema “Pedazo de Acordeón”.
Durante el Festival se llevan a cabo concursos en las siguientes modalidades: Conjuntos de Acordeoneros Infantiles (hasta 13 años de edad), Conjuntos de Acordeoneros Aficionados, Conjuntos de Acordeoneros Completos, Piquería y Canciones Inéditas. En esta última modalidad se entregan
premios en todos los aires del vallenato, a saber: Mejor Paseo, Mejor Merengue, Mejor Son, Mejor Puya y también a la Mejor Canción Costumbrista.
premios en todos los aires del vallenato, a saber: Mejor Paseo, Mejor Merengue, Mejor Son, Mejor Puya y también a la Mejor Canción Costumbrista.
El Concurso para Acordeoneros Completos es singular, pues los músicos participantes deben tocar, cantar y ser autores de las canciones presentadas en cada uno de los cuatro aires del vallenato con que se concursa.
Aquí les dejo un vídeo sobre el festival vallenato en san marcos: